Los animales más mortíferos del planeta
Una de las costumbres más típicas de todos los biólogos es la de
hacer listas, de cualquier tipo: las especies más emblemáticas, las de
los nombres más curiosos, las proteínas más importantes, los lugares de
mayor biodiversidad... Se trata de una forma fácil y rápida de dar, en
un sólo vistazo, mucha información. A fin de cuentas, la naturaleza es
realmente diversa y a los biólogos les gusta que se sepa.
En
esta lista aparecen los animales más mortíferos del planeta. Todas
ellas suponen cada año la muerte de un gran número de seres humanos y
otros animales.
Siendo puntillosos, no se trata de una especie. Incluso la mayoría de
especies de este grupo no provocan más que una pequeña molestia,
picores y una hinchazón. Pero algunos
de ellos son vectores de otras enfermedades. Al picar, introducen
parásitos que son los que realmente pueden suponer graves problemas. Por
ejemplo la malaria, que se transmite por la picadura del mosquito
anofeles y provoca cada año más de dos millones de muertes.
Hay otras serpientes cuyo veneno es más tóxico, pero no las hay que
sean responsables de más muertes al cabo del año. Cada año mueren más de
10.000 personas por picaduras de este animal.
A pesar de su nombre, no se trata de un insecto sino de una medusa.
En concreto una cubomedusa (Cubozoa), el grupo de medusas más venenosas,
con esta especie a la cabeza. Este animal, que tiene el tamaño de una
ensaladera, cuenta con 60 tentáculos. En cada uno de ellos hay 5.000
células urticantes (cnidocito), con toxina suficiente para matar a 60
seres humanos.
4 — Gran Tiburón Blanco (Carcharodon carcharias)
Es cierto que este animal tiene muy mala fama, debido sobre todo a la
televisión y el cine. Pero si pensamos que puede llegar a medir seis
metros de largo, tiene 3.000 dientes, y cuando detecta sangre en el agua
entra en un estado de frenesí, podemos entender su puesto en cualquiera
lista de este tipo.
Hay varios factores que hacen de esta especie uno de los mejores
cazadores de la naturaleza. No es el más veloz, pero sí uno de los más
resistentes. Y además muy buen estratega. A eso hay que sumarle grandes
colmillos y afiladas garras. Con todo ello se consigue el felino más
mortífero.
De nuevo, se trata de un grupo de especies y no de una sóla. Pero es
muy difícil elegir cuál es el más peligroso entre estos reptiles. A unas
mandíbulas muy poderosas se suma el hecho de ser un depredador muy
astuto: se queda flotando, camuflado para parecer un tronco y cuando una
presa está cerca...
En contra de lo que podríamos pensar, cualquiera de las especies de
elefante son muy peligrosas. De hecho, más de 500 personas mueren cada
año a causa de este animal, de manera directa. A este número habría que
sumarle las que se producen durante estampidas o accidentes.
Este animal nos puede parecer muy entrañable. Sin duda, es una de las
especies más carismáticas. Pero conviene no encontrarse entre una madre
y su cría. A fin de cuentas, su dieta se basa principalmente en
elefantes marinos y focas barbudas, lo que nos da una idea de sus
capacidades como depredador.
A este animal también se le conoce como búfalo cafre. Cuando se
encuentra con un depredador, su estrategia de defensa consiste en correr
hacia él. Eso significan 900 kilos de peso en carrera, con una cabeza
terminada en dos puntas afiladas por delante. Y lo habitual es que lo
haga en estampida, con el resto de su manada.
Ya desde un primer vistazo, este animal advierte de su toxicidad con
sus vivos colores. Cada uno de estos individuos produce suficiente
veneno para matar 10 seres humanos. La sustancia que produce es conocida
como okopipi, y las poblaciones de la selva de Sipaliwini en Surinam la
usan para impregnar sus flechas y dardos.
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